NOCTURNO… A EMILIA
Aquí estoy…
otra vez a tu lado,
bañado con tu cercanía,
iluminado con tu sonrisa,
seguro con tu abrazo,
sostenido por tu mano.
La noche ha despertado,
inquieta,
tendiendo su manto,
fúlgido,
iluminando nuestro amor,
acariciándolo con suavidad,
encendiendo sus luces incesantes,
gritando en silencio
este anhelo eterno de amarnos.
Y la luna surge
radiante,
feliz,
testigo incansable de ansias,
cálido farol
que dibuja de luz nuestro camino,
que arropa con devoción
el secreto obvio
de estos corazones que se encuentran.
Y el ambiente todo
queda dispuesto…
las sombras,
los candiles que cuelgan desde el cielo,
el aire febril,
la exquisitas melodías
que surgen detrás de las verdes hojas,
el suave perfume de flores frescas,
la humedad que se respira,
el agua que apresurada corre
para encontrarse con las rocas,
la corriente que busca su destino.
Todo está preparado
para vivir sin ataduras,
sin temores…el amor…
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lunes, 14 de diciembre de 2009
Nocturno... a Emilia
NOCTURNO… A EMILIA
Aquí estoy…
otra vez a tu lado,
bañado con tu cercanía,
iluminado con tu sonrisa,
seguro con tu abrazo,
sostenido por tu mano.
La noche ha despertado,
inquieta,
tendiendo su manto,
fúlgido,
iluminando nuestro amor,
acariciándolo con suavidad,
encendiendo sus luces incesantes,
gritando en silencio
este anhelo eterno de amarnos.
Y la luna surge
radiante,
feliz,
testigo incansable de ansias,
cálido farol
que dibuja de luz nuestro camino,
que arropa con devoción
el secreto obvio
de estos corazones que se encuentran.
Y el ambiente todo
queda dispuesto…
las sombras,
los candiles que cuelgan desde el cielo,
el aire febril,
la exquisitas melodías
que surgen detrás de las verdes hojas,
el suave perfume de flores frescas,
la humedad que se respira,
el agua que apresurada corre
para encontrarse con las rocas,
la corriente que busca su destino.
Todo está preparado
para vivir sin ataduras,
sin temores…el amor…
Aquí estoy…
otra vez a tu lado,
bañado con tu cercanía,
iluminado con tu sonrisa,
seguro con tu abrazo,
sostenido por tu mano.
La noche ha despertado,
inquieta,
tendiendo su manto,
fúlgido,
iluminando nuestro amor,
acariciándolo con suavidad,
encendiendo sus luces incesantes,
gritando en silencio
este anhelo eterno de amarnos.
Y la luna surge
radiante,
feliz,
testigo incansable de ansias,
cálido farol
que dibuja de luz nuestro camino,
que arropa con devoción
el secreto obvio
de estos corazones que se encuentran.
Y el ambiente todo
queda dispuesto…
las sombras,
los candiles que cuelgan desde el cielo,
el aire febril,
la exquisitas melodías
que surgen detrás de las verdes hojas,
el suave perfume de flores frescas,
la humedad que se respira,
el agua que apresurada corre
para encontrarse con las rocas,
la corriente que busca su destino.
Todo está preparado
para vivir sin ataduras,
sin temores…el amor…
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